El Centenario por la Revolución de Mayo, en 1910, se realizó en Buenos Aires en el marco de una imponente celebración. Se inauguraron importantes obras públicas y visitó la ciudad la Infanta Isabel, en representación del reino de España.
Pero no sólo en la Capital Federal hubo fiesta. Todas las provincias, entre ellas Tucumán, le hicieron honor a la conmemoración. En la capital tucumana, el festejo empezó el día 24, con una fiesta escolar en el teatro Belgrano a la que asistió el gobernador José Frías Silva, junto a sus ministros Próspero Mena y Fortunato Mariño. Luego, en la Casa Histórica, la comunidad siria entregó una bandera argentina de raso y bordada con oro. El 25, salvas de artillería saludaron el amanecer. Después, desfilaron alumnos de todas las escuelas frente a la estatua de la Libertad y luego se congregaron en la Casa Histórica. El solemne Tedéum fue al mediodía en la Catedral y estuvo a cargo de fray Salvador Villalba. En la Casa de la Independencia hablaron el secretario de Gobierno, Salvador Cordeiro y el padre Antonio Batista, y se sirvió un lunch en el Cabildo. Al atardecer, la banda de música del Cuerpo de Bomberos interpretó el Himno Nacional, que fue coreado por la multitud que llenaba la plaza Independencia.
Los festejos se prolongaron hasta el 26. Uno de los actos centrales fue la inauguración del parque 9 de Julio donde, de pie sobre una aplanadora, habló el ingeniero Carlos Uttinger. Hubo una velada en el Centro Católico de Obreros y un concurrido corso de flores por la plaza Independencia.